Una amiga, desesperada para que fuera su conciencia, me invitó a lo que fue mi primera reunión de venta de paquetes turísticos que no deseas, pero que de todos modos te quieren vender. La contactaron por teléfono, sin muchas explicaciones del negocio, así que se encontraba un tanto curiosa. Acepté su invitación por la rica cena, que nos darían y ver si trataba de ser una barrera contra la venta.
En la tarde y luego de cruzar una parte de la ciudad, llegamos al punto de encuentro, nos fuimos con dos amigos más, para alegría o mala suerte de la primera chica, quien agradable comenzó hacernos preguntas, cual psicóloga, para romper el hielo: "¿cuál es tu viaje de ensueño?, ¿te gusta viajar?, ¿cuántas veces te vas de vacaciones?", las preguntas las contestamos con facilidad, cuando llegó al salario, se concentró en mis tres compañeros. ¡ja, ja!
Nos habló de la compañía, sin adentrar en muchos detalles, nos dijo que ofrece las mejores ofertas y nada concreto. Llegó la cena y me perdí en la conversación, porque la chica no aterrizaba creo que mis amigos estaban igual que yo. Mientras comía, la chica mostraba una plataforma electrónica con hoteles a bajos precios. Sí, porque su negocio consistía en ofrecerte la mejor oferta, eso estaría por escrito. Todavía no me convencía y estaba segura que diríamos un "no gracias" los tres.
Al derretirse el hielo que inició nuestra reunión, arribó otra chica, un poco más madura y comenzó entonces lo que decimos en Panamá: la labia. La mujer, de acento venezolano, comenzó a vendernos la idea de ser parte de un grupo, un club. Un club de viajes, donde solo por ser parte de él tendrías a tu disposición los mejores precios en hoteles y apartamentos en tiempo compartido.
Dejé mi cena que estaba muy buena y me detuve a escuchar a la joven, que de buena manera y con más energía que la anterior, nos comenzó a explicar cómo es que funciona el negocio. Emergieron entonces, conceptos desconocidos para una mochilera como yo. ¿Apartamentos?, ¿tiempo compartido? y entonces la mujer nos explicó: "compramos semanas a los hoteles y a las personas con tiempo compartido y después las ofrecemos a nuestros socios a buenos precios". Una semana de siete días en Londres en un apartamento de 5 estrellas podía salir a B/. 160 balboas la habitación aproximadamente. El apartamento estaba cerca del National Gallery. Sonaba bien, porque era por habitación y no por persona, se podía dividir el precio en varias personas. Habló de lo personalizado del servicio, que incluía transportes entre otras cosas, solo había que cancelar una membresía y no decía el precio, ahí era donde estaba el quid, nos mantuvo en vilo toda la noche.
Al final cuando no aguantábamos más, (creo que ahí está el marqueting), buscó al más intrigado de los tres: mi amiga quien acudió a la cita, era la más interesada.
En casa, la duda me asaltó y comencé a investigar más sobre este sistema. Los clubes de viajes, pueden presentarse de distintas formas: como un ahorro, para un viaje futuro por medio de cuotas establecidas o como el sistema que nos explicaron: pagas una cuota por hacerte socio de un grupo, el cual tiene privilegios para viajar por todo el mundo con ofertas garantizadas en el precio de la habitación. Esto a través de apartamentos o planes de tiempo compartido, pues estas empresas compran esos tiempos a los propietarios.
En cuanto a las vacaciones en tiempo compartido, estas se hacen a través de la firma de un contrato con personas que son propietarias, en algunos casos, de inmuebles para que tengas la oportunidad de ser propietario o usufructuario de ella por X tiempo en la propiedad. Estas propiedades están en lugares turísticos y el tiempo se comparte con diversas personas.
Por ejemplo, firmas un contrato donde podrás ir a un apartamento cerca del Hotel X que está en X país, solo por tiempo estipulado que puede ser 4 semanas al año o menos dependiendo del contrato. Lo complicado es que, en ocasiones, no puedes cuadrar tus vacaciones en el tiempo y se han dado casos de estafa, pues el contrato puede estar tan blindado que no puedes hacer disposiciones en él, como vender, ceder tu tiempo o simplemente salirte de la contratación.
El tiempo compartido, puede convertirse en una verdadera prisión para los que lo adquieren. Por tal motivo, surgen estas compañías que compran estos "tiempos" y los ponen a disposición de terceras personas, que se convertirían en sus socios.
En conclusión, investiga, investiga mucho si vas a viajar empleando estas prácticas, puesto que si bien los clubes de viajes, como el descrito han tenido éxito en Europa (varias páginas web los describen) asimismo resaltan las estafas sobre la contratación de tiempos compartidos, donde con la misma estratagema que ahora narro, las personas contratan a través de un contrato de adhesión (no negociado) un tiempo compartido, costoso y casi imposible de emplear. Miles de dólares puede costarte una inscripción, sin apenas haber emprendido el viaje de tus sueños.
¿Cómo culminó nuestra reunión? No serví de conciencia, nuestra amiga firmó el contrato, la compañía no tiene problemas por el momento, ni tampoco ella ha utilizado el club. Habrá que esperar para sacar conclusiones.