martes, 19 de mayo de 2015

La isla de Barro Colorado. La historia sumergida del Canal de Panamá

Gil Blas Tejeira, escritor panameño, describió los últimos días de aquellos pueblos que fueron silenciados por el fragor de la construcción del Canal de Panamá. Su obra, "Pueblos Perdidos" dejó en mí una profunda impresión; primero porque esta historia es poco conocida por lo panameños y segundo, por el pobre interés de las autoridades en catalogar y recuperar la "historia sumergida" por el Canal y más ahora con los trabajos de ampliación, que a pesar de que se ha otorgado un par de millones de dólares en ciertas investigaciones que arrojaron resultados interesantes sobre la creación del istmo, no es menos cierto que esta historia, que apenas llega a cien años, la de estos pobladores y lo que resultó, es un tanto desconocida.

A la izquierda, lo que vimos con cuidadito.
Recuerdo que en el Colegio, los profesores de Biología e Historia se pusieron de acuerdo para que un grupo de compañeros fuera a la isla Barro Colorado; el resultado de sumergir miles de hectáreas, hasta convertirla en una de las áreas más importantes tanto de la cuenca del canal como de la propia naturaleza, un lugar único donde miles de especies de insectos, plantas y ciertas clases de animales, que no hay en otras latitudes son protegidas por la mano del hombre, pues en ese entonces, jugar al arca de Noe se hizo con las cosas "importantes" a principio de siglo y proteger la fauna no era una de ellas. Digamos que nos salió por carambola, pues la misión era controlar el Chagres, a través de la represa del Lago Gatún, quien fue el lago artificial más grande del mundo, hasta no hace mucho. 


Vista desde el mirador.


Al anegar el sitio, se tuvo que correr las líneas del ferrocarril que portó el oro de California y cuyo peaje fue el más caro de la historia y de verdad si llegas a este lugar te imaginarás el trabajo arduo que resultó ser esto, las montañas que quedaron se convirtieron en islas y los animales del área quedaron "atrapados" en ellas si se puede decir, al volverse islas se protegió el sitio, pues quedó inmersa dentro de la propia cuenca y además, porque se convirtió por ley en un sitio protegido. 

Lo virgen del sitio convierte al área protegida en un lugar amplio de investigación por especialistas del todo el mundo, entre ellos Smithsonian. Mi primera vez fue en 1995, y gracias a un grupo de amigos pudimos regresar y comprobar que, aunque ha habido muchos cambios para bien, el lugar sigue intacto como hace 15 años.


El nombre de Barro Colorado se debe a la tierra arcillosa que predomina en el lugar, la isla que resultó, en primera instancia, era una montaña y al inundarlo quedó en isla. El guardabosques nos explicó que existen animales que nadan de un lado a otro, como jaguares (el nado es bastante grande) y que en la isla se tiene como regla dejar que la naturaleza haga su trabajo sola, es decir, si un árbol o animal muere, nadie lo toca ni lo recoge, se estudia el proceso de transformación de la materia, cómo el bosque tropical húmedo (que es en lo que se convirtió este importante sitio) se regenera.

Grúa Titán en descanso
Aprendes muchas cosas interesantes de la vía interocéanica, como por ejemplo, los nombres de las grandes grúas que están en ambos lados de la vía y su costo. Créame, un millón de dólares representa el valor de un dólar sobre el precio de cada máquina, todas superan los diez millones de dólares. Todas tienen una historia fascinante y nombres cómicos, algunas son nuevas y otras adquisiciones de otros puertos. Este es el caso de la grúa Titan, que fue concebida para la segunda guerra mundial, estuvo mucho tiempo en Long Beach California y arribó a Panamá para trabajar en el Canal de Panamá. ¡O sea, todo este tiempo no ha parado de trabajar y servir. Eso era cuando las cosas se hacían para durar más!. Si quieres conocer más sobre esta joya de la historia naval puedes acceder aquí http://www.oei.org.co/sii/entrega24/art02.htm

Otro dato interesante para una persona que no es de mar es el significado del color de las boyas.  Desde la esclusa de Pedro Miguel, al sur, las boyas de color verde indican el lado oeste de la vía, en cambio, las de color rojo el lado este de la misma. El sentido cambia al norte de la vía.

Sobre cómo llegar, costos y vestimenta, no hay mejor recomendación, que la propia web de la Isla http://www.stri.si.edu/espanol/visitenos/barro_colorado/visita.php así que no hablaré de ello. 

En nuestro caso, el grupo se encontró en Gamboa, de ahí fuimos al puerto en Pedro Miguel, tomamos la nave "Jacama" y bajo una lluvia tenaz, tuvimos que guarecernos bajo el techo que nos proporcionaba la nave, ya estaba yo comparando que en mi primer viaje tenía el mar frente a mis ojos y ahora me separaba una ventana.

Entrada del Centro 
Al llegar a la isla, se siente como si entraras al escenario de la película "Tiburón" o la de un científico loco con animales, pensé en el "Parque Jurácico" o alguna película de estas americanas, porque el centro de investigaciones está practicamente encablado en el bosque tropical.  Es un sincretismo, entre la espesa vegetación y lo que el hombre puede edificar. La lluvia continuó así que nos refugiamos en el Centro de Visitantes. Mientras escampaba, escuchamos una charla sobre el sitio protegido, los senderos y los animales que nos íbamos a encontrar. Cuando escampó, nos internamos en la selva oscura, no se veía el cielo de lo alto que estaban los árboles.


Durante la gira tuve mejor suerte que mi primera vez, pues tuvimos la oportunidad de ver monos, inmensas aves, casi del tamaño de una gallina, hermosas arañas (no puedo creer que diga hermosas, pero sí lo eran) y observar la simbiosis y el mimetismo de las diversas especies.



Tengo que confesar, que dejé mi libreta de notas y solo quedó en mi memoria, la belleza del bosque y su armonía y los atinados comentarios del guardabosques. En cuanto a los senderos y su dificultad, debo decir, que es básico, no se necesita ser un corredor o atleta para efectuar su recorrido.
Solamente se debe estar atentos, paciente con la cámara y admirar, porque donde menos piensas, están observándote. Se debe caminar con cuidado para no afectar a las especies que están a tu alrrededor.
El árbol que está detrás duró 500 años y murió naturalmente.
El boquete que dejó, era impresionante.

Al final de la gira, incluye comida, muy rica que luego de una caminata como de 2 horas se siente fenomenal y que te la mereces. Algo, tristes porque la aventura feneció, pude sentarme en la lancha, en la popa y contemplar el mar tranquilo y concluir con mis amigos que la gira valió la pena.

El grupo y nuestro guía
al quien le damos las gracias por todas sus atenciones.
¡Gracias Maye, por ayudarnos a contactarnos!
Si te gusta atravesar senderos, estar en un verdadero bosque tropical húmedo, conocer de la fauna y ciertos datos de interés, este lugar es para ti. Para los que creen que Panamá es solo centros comerciales y ver el Canal,este sitio muestra una historia paralela al mismo y nostálgica, ya que cuando navegas por el Chagres te preguntas del destino de esas personas, que dejaron todo para la construcción de la vía, y lo virgen del sitio, a pesar de que está inmerso en plena ciudad de Panamá.


Post-data:
Les dejo un par de capítulos de la obra de Gil Blas Tejeira, para que queden picados:

Igualmente un interesante artículo:
http://www.afehc-historia-centroamericana.org/?action=fi_aff&id=1842  "Gil Blas Tejeira: El arca de Noé de la modernidad y el paraíso perdido de la nación romántica."