miércoles, 3 de junio de 2015

Rumbo al punto más alto de Panamá. Primera Parte

¡El Grupo!
Hace tres años, dos de mis buenos amigos decidieron ir al punto más alto de mi país. El volcán Barú. En ese entonces, protesté desde la distancia, porque me sentía en debida forma para subir y asumir aquel reto, pero no estaba en Panamá así que me lo perdí.

Tres años después, recuerdo el estado de espanto que tenía aquel viernes en la noche desde la Terminal de Transportes de Albrook con un morral que pesaba una tonelada.  A pesar de conocer cómo sería el viaje, mantenía mis dudas, ya que en el fondo, sabía que no estaba en las mejores condiciones, no había hecho suficiente cardio, ni ejercicio para las piernas, algo que nos decían que hiciéramos si decidíamos ir.

Nuestro recorrido con guía, fue uno de los temas, que el grupo decidió de forma unánime; el otro fue la ruta que comenzó por subir por la ruta de Volcán y bajar por el camino de Boquete.   Lo interesante de estas rutas es que son totalmente diferentes, el panorama que ofrecen es diverso desde el punto de vista del propio paisaje y de la exigencia física del caminante.  Una de las curiosidades que observé de la manera en que se escogió el recorrido es que el viaje culminó por la entrada, pues la entrada principal del parque está en Boquete; sin embargo, el grupo entró por una explanada sin letreros, libertad al máximo en Volcán.



El camino de Volcán es el más difícil y a pesar de darme ánimos mentales, no hubo resultado; el de Boquete es, literalmente en bajada, si se comienza por Volcán. Pensé que no sería complicado, pero el cansancio acumulado marca la pauta y es arduo soslayar lo que tu cuerpo te dice.

Hacia David, provincia de Chiriquí   


A las diez de la noche, tomamos el autobús que nos llevó a David, ciudad cabecera de la provincia de Chiriquí, una de las diez provincias que conforma la República de Panamá. Ahí, decidí que para la próxima, si la había -todavía uno lo sé- debía llevar una mochila más pequeña. Y no sé si habrá una próxima, porque llegar a la cima del volcán Barú es un destino que llegas a odiar y amar, esa ambivalencia te marca en toda la ruta, ya que la naturaleza se muestra como es: salvaje, indomable y solo te queda aceptar el trayecto.

Es arduo el camino y variopinto, pero la experiencia fascinante, es por eso que puedo decirles que una de las recomendaciones más importantes que aprendí; además del estado físico, es el peso y tamaño de tu mochila (30 litros cuando mucho, con soporte a tu espalda).  Ya sufría por eso y todavía no empezábamos a caminar. 


Llegamos a David a las 4:30 de la mañana, poco después nos encontramos con Edwin nuestro guía chiricano y partimos a Volcán, en un pequeño bus de esos colegiales, cuyo costo era de un dólar con setenta cinco centésimos la ida, aproximadamente.  Amaneciendo, arribamos a nuestro destino, la temperatura comenzaba a bajar, era delicioso, en nuestra primera parada, se compró lo necesario; últimos detalles del ascenso.  También desayunamos, bastante fuerte, ese típico desayuno interiorano.


Recorrido desde Panamá hasta la entrada del Volcán


El Ascenso 


El comienzo de la ruta de Volcán, como les dije, era una explanada libertina que se posaba ante nosotros, llegó un pickup de la Anam (Autoridad Nacional del Ambiente) y nos cobró tres balboas de entrada a cada uno.  Para los estudiantes y jubilados es más barato. El individuo anotó nuestros nombres y profesiones y hasta nunca, así como el vehículo llegó, así desapareció, comenzaron las fotos protocolares, las expectativas a flor de piel. Comenzamos a caminar.  Parte del inicio del camino es de poca dificultad, hay que controlar la respiración y el peso comenzó a pasarme la factura, al punto que sentía que pesaba como una persona de 200 libras.  Reitero, que controlar el peso y tener buenas piernas estaban en mi contra, ya el trecho era un poco empinado, había que escalar y yo sentía que me iba para atrás.


Una de las áreas que más me gustó de la primera sección del sendero es la llamada 45, sí como lo oyen, se llama así. La cuarenta y cinco es una loma, presuntamente de 45 grados, pero que en realidad no los tiene, en ocasiones sentí que eran 60 grados, es una loma interminable donde no hay parada solo subes, subes y subes al punto que terminas arrastrándote.  Creo que el contacto con tierra y la sensación de ensuciarte y arrastre me recordó mi niñez y por eso lo disfruté, sin embargo, debo manifestar que era agotador.

Sendero 45


¡Todo lo que subimos hasta Filo del Machete!
Después de mucho caminar, subir, bajar y volver a subir llegamos a las doce del medio día a un lugar conocido como Filo del Machete. Desde ese sitio, contemplamos emocionados cuánto habíamos ascendido, el verdor es envolvente, solo puedo decir que era emocionante.  Nos alegramos; además, al ver que parecía que la jornada se podía hacer en el tiempo previsto de ocho horas.  Mi maleta la tuve que soltar en la 45, el guía la cargaba y yo la de él, mis piernas volvieron a la normalidad y pude continuar el camino.  El error estaba hecho y ya no podía renegar.  

La mente te juega mucho y crees que no lo puedes hacer, ¡claro si eres un atleta, tal vez no te canses!, no obstante, alguien promedio, de oficina como yo, estaba sopesándolo y las dudas me avasallaban. Las reglas fueron simples, de no poder continuar uno se regresaba el grupo y eso me atormentaba, sin embargo, esos pensamientos se disipaban, cuando miraba al horizonte, mientras la naturaleza se revelaba desnuda y miraba absorta cómo poco a poco podríamos llegar a tocar el cielo.  

En Filo de Machete, esperamos unos veinte minutos como mucho y continuamos.  Aquel camino algo árido, de tierra seca y árboles ralos, que daba la impresión que fácilmente te podías perder; cambió por completo.  Empezaron a verse senderos claros y caminos de líquenes; variedades de helechos y bosque frondoso, no me considero una bióloga; sin embargo, era sencillo advertir el cambio de ambiente, el aire se volvió un poco frío, dejando de ser húmedo, en ocasiones, sentía frío al caminar. Se sentía el frío en las rocas, cuando las tocabas y el sendero se convirtió en partes de la película "El señor de los anillos", o aquellas series de hadas o duendes.  Ese camino lo disfruté.  El cuerpo se quejaba, pero la vista se entretenía con detalles, no podía admirar mucho, porque había que seguir, cuando paraba trataba de contemplar el camino.  Era en ascenso.

Ya a estas alturas del grupo de los diez, solo veía siluetas en el bosque, estábamos separados, yo rezagada atrás. Percibí que mis condiciones físicas no eran las del grupo de avanzada y no competí para llegar hasta donde ellos, iba a mi propio ritmo, a fin de evitar perder la cordura.  
Estábamos abrazados por el bosque, antes de entrar por la explanada, desde el primer trecho hasta el trayecto de líquenes, no se veía el cielo claramente, sino la copa de los árboles.  Varios senderos de líquenes y rocas frías que lo dibujaban  nos condujo  al exterior.  Comenzaba una escalada sin límite hasta llegar al cráter.

Parte del grupo en el ascenso
La tierra de café polvo se volvió en arenisca blancuzca en partes y grisácea, había un cable por donde se podía subir a tu lado derecho. Fue atroz, era como hacer la procesión de Portobelo pero en ascenso, subías una parte pero tus botas por la arenisca resbalaban e ibas hacia atrás; la ley de la gravedad haciendo mella, un camino perturbador, te cansabas más, las piernas hacían todo el trabajo, pues ya no se podía caminar erguido. De un momento a momento, miraba hacia atrás y contemplaba la bruma que cubría el valle, no podía creer todo lo que había escalado, solo eran unos pocos kilómetros que me separaban del cráter, pero era como escuchar una letanía.

Nuevamente el paisaje cambió por completo era exigente y agresivo, habían pocos árboles, eran arbustos. El sol en su máxima expresión, empezamos a sudar y tratar de ascender de árbol en árbol.
Traté de buscar la mejor técnica, escalar, arrañando piedras y empleando una pequeña vara de soporte, a fin de descansar de árbol en árbol, hasta que no había más; luego de roca en roca, hasta que estas se volvieron paredes.  En ese instante nos dijo el guía que ya faltaba poco, eran casi las cinco de la tarde, un trayecto de casi tres kilómetros, fue para mí seis. Cada uno de nosotros lo hizo a su manera.

Esta sección que le decían "la del cable", creo que en perspectiva fue la sección más difícil de todas, aunque una de las más bellas.  Daban ganas de quedarte ahí fundido en la roca y mirar hacia el horizonte, ver cómo la bruma ascendía por tu cuerpo y seguía de largo para encontrarse con el cráter. Al principio podía pensarse que abrazabas a las nubes.  En ese trayecto conocí algunas bayas que podías comerte y sabían bien, habían dos tipos, no sé su  nombre científico pero sabían ricas.  Había que llegar antes de que anocheciera.



martes, 19 de mayo de 2015

La isla de Barro Colorado. La historia sumergida del Canal de Panamá

Gil Blas Tejeira, escritor panameño, describió los últimos días de aquellos pueblos que fueron silenciados por el fragor de la construcción del Canal de Panamá. Su obra, "Pueblos Perdidos" dejó en mí una profunda impresión; primero porque esta historia es poco conocida por lo panameños y segundo, por el pobre interés de las autoridades en catalogar y recuperar la "historia sumergida" por el Canal y más ahora con los trabajos de ampliación, que a pesar de que se ha otorgado un par de millones de dólares en ciertas investigaciones que arrojaron resultados interesantes sobre la creación del istmo, no es menos cierto que esta historia, que apenas llega a cien años, la de estos pobladores y lo que resultó, es un tanto desconocida.

A la izquierda, lo que vimos con cuidadito.
Recuerdo que en el Colegio, los profesores de Biología e Historia se pusieron de acuerdo para que un grupo de compañeros fuera a la isla Barro Colorado; el resultado de sumergir miles de hectáreas, hasta convertirla en una de las áreas más importantes tanto de la cuenca del canal como de la propia naturaleza, un lugar único donde miles de especies de insectos, plantas y ciertas clases de animales, que no hay en otras latitudes son protegidas por la mano del hombre, pues en ese entonces, jugar al arca de Noe se hizo con las cosas "importantes" a principio de siglo y proteger la fauna no era una de ellas. Digamos que nos salió por carambola, pues la misión era controlar el Chagres, a través de la represa del Lago Gatún, quien fue el lago artificial más grande del mundo, hasta no hace mucho. 


Vista desde el mirador.


Al anegar el sitio, se tuvo que correr las líneas del ferrocarril que portó el oro de California y cuyo peaje fue el más caro de la historia y de verdad si llegas a este lugar te imaginarás el trabajo arduo que resultó ser esto, las montañas que quedaron se convirtieron en islas y los animales del área quedaron "atrapados" en ellas si se puede decir, al volverse islas se protegió el sitio, pues quedó inmersa dentro de la propia cuenca y además, porque se convirtió por ley en un sitio protegido. 

Lo virgen del sitio convierte al área protegida en un lugar amplio de investigación por especialistas del todo el mundo, entre ellos Smithsonian. Mi primera vez fue en 1995, y gracias a un grupo de amigos pudimos regresar y comprobar que, aunque ha habido muchos cambios para bien, el lugar sigue intacto como hace 15 años.


El nombre de Barro Colorado se debe a la tierra arcillosa que predomina en el lugar, la isla que resultó, en primera instancia, era una montaña y al inundarlo quedó en isla. El guardabosques nos explicó que existen animales que nadan de un lado a otro, como jaguares (el nado es bastante grande) y que en la isla se tiene como regla dejar que la naturaleza haga su trabajo sola, es decir, si un árbol o animal muere, nadie lo toca ni lo recoge, se estudia el proceso de transformación de la materia, cómo el bosque tropical húmedo (que es en lo que se convirtió este importante sitio) se regenera.

Grúa Titán en descanso
Aprendes muchas cosas interesantes de la vía interocéanica, como por ejemplo, los nombres de las grandes grúas que están en ambos lados de la vía y su costo. Créame, un millón de dólares representa el valor de un dólar sobre el precio de cada máquina, todas superan los diez millones de dólares. Todas tienen una historia fascinante y nombres cómicos, algunas son nuevas y otras adquisiciones de otros puertos. Este es el caso de la grúa Titan, que fue concebida para la segunda guerra mundial, estuvo mucho tiempo en Long Beach California y arribó a Panamá para trabajar en el Canal de Panamá. ¡O sea, todo este tiempo no ha parado de trabajar y servir. Eso era cuando las cosas se hacían para durar más!. Si quieres conocer más sobre esta joya de la historia naval puedes acceder aquí http://www.oei.org.co/sii/entrega24/art02.htm

Otro dato interesante para una persona que no es de mar es el significado del color de las boyas.  Desde la esclusa de Pedro Miguel, al sur, las boyas de color verde indican el lado oeste de la vía, en cambio, las de color rojo el lado este de la misma. El sentido cambia al norte de la vía.

Sobre cómo llegar, costos y vestimenta, no hay mejor recomendación, que la propia web de la Isla http://www.stri.si.edu/espanol/visitenos/barro_colorado/visita.php así que no hablaré de ello. 

En nuestro caso, el grupo se encontró en Gamboa, de ahí fuimos al puerto en Pedro Miguel, tomamos la nave "Jacama" y bajo una lluvia tenaz, tuvimos que guarecernos bajo el techo que nos proporcionaba la nave, ya estaba yo comparando que en mi primer viaje tenía el mar frente a mis ojos y ahora me separaba una ventana.

Entrada del Centro 
Al llegar a la isla, se siente como si entraras al escenario de la película "Tiburón" o la de un científico loco con animales, pensé en el "Parque Jurácico" o alguna película de estas americanas, porque el centro de investigaciones está practicamente encablado en el bosque tropical.  Es un sincretismo, entre la espesa vegetación y lo que el hombre puede edificar. La lluvia continuó así que nos refugiamos en el Centro de Visitantes. Mientras escampaba, escuchamos una charla sobre el sitio protegido, los senderos y los animales que nos íbamos a encontrar. Cuando escampó, nos internamos en la selva oscura, no se veía el cielo de lo alto que estaban los árboles.


Durante la gira tuve mejor suerte que mi primera vez, pues tuvimos la oportunidad de ver monos, inmensas aves, casi del tamaño de una gallina, hermosas arañas (no puedo creer que diga hermosas, pero sí lo eran) y observar la simbiosis y el mimetismo de las diversas especies.



Tengo que confesar, que dejé mi libreta de notas y solo quedó en mi memoria, la belleza del bosque y su armonía y los atinados comentarios del guardabosques. En cuanto a los senderos y su dificultad, debo decir, que es básico, no se necesita ser un corredor o atleta para efectuar su recorrido.
Solamente se debe estar atentos, paciente con la cámara y admirar, porque donde menos piensas, están observándote. Se debe caminar con cuidado para no afectar a las especies que están a tu alrrededor.
El árbol que está detrás duró 500 años y murió naturalmente.
El boquete que dejó, era impresionante.

Al final de la gira, incluye comida, muy rica que luego de una caminata como de 2 horas se siente fenomenal y que te la mereces. Algo, tristes porque la aventura feneció, pude sentarme en la lancha, en la popa y contemplar el mar tranquilo y concluir con mis amigos que la gira valió la pena.

El grupo y nuestro guía
al quien le damos las gracias por todas sus atenciones.
¡Gracias Maye, por ayudarnos a contactarnos!
Si te gusta atravesar senderos, estar en un verdadero bosque tropical húmedo, conocer de la fauna y ciertos datos de interés, este lugar es para ti. Para los que creen que Panamá es solo centros comerciales y ver el Canal,este sitio muestra una historia paralela al mismo y nostálgica, ya que cuando navegas por el Chagres te preguntas del destino de esas personas, que dejaron todo para la construcción de la vía, y lo virgen del sitio, a pesar de que está inmerso en plena ciudad de Panamá.


Post-data:
Les dejo un par de capítulos de la obra de Gil Blas Tejeira, para que queden picados:

Igualmente un interesante artículo:
http://www.afehc-historia-centroamericana.org/?action=fi_aff&id=1842  "Gil Blas Tejeira: El arca de Noé de la modernidad y el paraíso perdido de la nación romántica."


domingo, 26 de mayo de 2013

Comer es también viajar

Afueras de la Medina, muchos restaurantes, 
no todos higiénicos
Era de noche en Marrakech, parte del grupo de viaje se había quedado en Madrid por cumplir con una de las clases de derecho procesal penal; yo era una de las paviolas. Aquella noche, me encontraba utilizando el wifi del hotel, para enterarme de las últimas. Mi amigo, Jelle que se había quedado y que viajaría al día siguiente, me decía que nada sorprendente había acontecido, que mejor le contara lo que había hecho. Creo que si hubiese tenido una cámara hubiera visto y escuchado el ¡plop! al caer de su silla, cuando a la pregunta: "¿Dónde comieron?", le respondí: "KFC en una plaza con un nombre raro. Sabes, la receta del Coronel Sanders no sabe igual, tiene muchas especias".
"¿Cómo no probaron la comida típica del lugar?", me ripostó, "¿Cómo viajan a un sitio y no prueban sus cómidas títpicas?".

Tajín de pollo con entrada de aceitunas
Quedé absorta, porque tenía razón, pero la causa por la que el grupo no comió su comida la primera tarde, era por el pavor de quedar intoxicados.

Cuando buscábamos alimento en la Medina, vendían pescado frito, guardado en una caja de plástico trasparente, que tenía un foco amarillo en el tope. Dentro de la caja había varias moscas, más de cinco.

Ese escenario hizo que buscáramos, lo universal o lo más conocido y es lo que por lo general hacen algunas personas, que no conocen y no tienen ganas de experimentar. Como dice mi padre en aquellos momentos: "cuando vayas a comer ve a lo seguro, pide pollo".

Tajín de uvas pasas con cordero,
servido en el plato que le da su nombre
Cuando llegó Jelle, vino acompañado con una guía de la ciudad, con atinadas explicaciones sobre la ciudad, clases de comidas, qué hacer. Un guía gratuito, para un grupo algo perdido. Así, descubrimos que el Tajín es un guiso que puede ser de pollo, de cordero o de marisco, servido en un plato de arcilla con tapa triangular para conservar el calor, es uno de sus platos típicos.

Probé el de pollo (bastante light, todo estaba sancochado al vapor y bajo en sal) y el de cordero con salsa de uvas pasas, que estaba fenomenal y se convirtió en mi favorito. A partir de ese viaje, no olvido el consejo de Jelle y siempre lo empleo.

La mejor plaza para comer en Marrakech
 es de noche en Yamaa el Fna
Comer es también viajar a lugares, donde tu paladar no está acostumbrado o sencillamente desconoce. Es adentrarse de una forma más íntima al país o ciudad que estás conociendo, relacionarse con sus sabores, podrá ayudarte a comprender un poco mejor su cultura. La historia detrás de cada comida es interesante.

Una recomendación, es conocer los platos típicos y con una guía y ubicar los sitios que estén acorde con nuestro presupuesto. De esta manera, comencé a probar comidas típicas. Al final, su precio era mucho mejor que el KFC y sobretodo me fui con el sabor de haber probado algo auténtico de esta ciudad.

Cerveza Casablanca, en un Riad de Marruecos
Los que me conocen, saben que mi pasión son las cervezas, así que probé algunas. La población en Marrakech, es en su mayoría musulmana; el licor está prohibido, pero eso no fue obstáculo. La cerveza, marca Casablanca tenía cuerpo, sabía bastante bien para ser de un lugar donde el licor no es bebida oficial. Eso sí, lo prohibido es costoso y recuerdo que por seis euros probé una de ellas, pero me supo a gloria en aquel desierto.

Al regresar a Madrid, comenzaron las investigaciones gastronómicas, así que me di la tarea de degustar a profundidad las tapas.  Irse de tapas, es adentrarse a otra dimensión, vas con tus amigos a charlar, a realizar un pre calentamiento de parranda, vas de bar en bar probando pequeñas raciones de alimentos, que van acompañados con vino, Tinto de verano (mezcla de vino con soda blanca o de marca Fanta o Squirt), Calimocho (mezcla de vino con Cocacola), cerveza y pocas veces con bebidas no alcohólicas  Es una especie de pequeño aperitivo que se baja con estas bebidas.

Pinchos de cerdo con tinto de verano.
Tapeando en Ávila
La historia de la tapa, según me comentaron algunos españoles y por ahí googleando, surge con Alfonso X el sabio, quien tapaba su bebida de vino con una rodaja de pan para evitar las moscas o mosquitos. Otros dicen, que surgió con la guerra civil española. Sea cual fuere su origen, representa una manera de pasarla bien y parte de la identidad de aquel país. Ejemplo de tapas pueden ser: papas bravas (papas rociadas con una salsa un tanto picante), aceitunas, rodajas de jamón, tortilla española (especie de tarta de huevo con papas) entre otras.  España, tiene una importante gastronomía, donde sus quesos, sus jamones y sus vinos, nunca los olvidaré.

Fish and Chips
Era mitad de año cuando emergió aquella revelación, así que le tocó el turno a Londres. Ahí conocí su clásico plato fish and chips.  Es pescado frito, con papas fritas, nada singular, me recordó al pescado frito de la Playa Veracruz de mi ciudad, sin embargo, este pescado es servido en un papel que simula el periódico, pero que en tiempos memorables era así. También, son famosos por sus salchichas con puré de papas y gravy, además de sus postres. Estos dos platos me gustaron mucho, por su sencillez y sabor. Con una cerveza negra en un pub, culminó mi viaje gastronómico en aquel país.

Salchichas inglesas servidas en gravy y puré de papas,
en una cama de masa de harina
Y así fue la sucesión de comidas, gracias a Dios, no subí de peso, pero entre los helados, pastas y pizzas de Italia; la paella valenciana y las tapas de España; los crepes de París; el dulce de Belén de Portugal; las cervezas y chocolates de Bélgica, se podría trazar una ruta en la que se puede ir y venir cuando quieras, ahora con la globalización.

Degustar las comidas típicas de un país, es un viaje que no requiere pasaportes, ni pasajes. Una vez que pruebas aquel bocado quedará registrado en tu memoria y siempre podrás regresar.


A ver, ¿qué dice ahí?
Aunque no lo creas dice: Cocacola








domingo, 19 de mayo de 2013

Jugando a la casita, acampando en Chicá

Los autos eran una pequeña barrera para protegernos del viento
Mi primer camping serio, fue a los 14 años, en un lugar llamado La Yeguada, en la provincia de Veraguas, Panamá. Era un sitio totalmente virgen, no había baños, ni caminos asfaltados, nada; solo un lago rodeado de pinos, con aire sugestivo y misterioso.

El lago era artificial, para alimentar la hidroeléctrica La Yeguada, posiblemente, podía convertirse en un escenario para una novela policíaca o eso me parecía a los 15 años. Eran los 90` y el turismo no estaba rondando por esas áreas.


Paisaje durante el senderismo, Chicá
Ahí, aprendí mis primeras técnicas de supervivencia y comenzó el hooby de acampar, me gusta el tipo aventurero, con ciertas ayudas extras, pero cuando el sitio es virgen es lo máximo, es estar desconectado, es desintoxicarse.

Actualmente, La Yeguada es muy agradable para esta actividad, está limpia, siguen los pinos y se puede practicar senderismo. El acceso cuenta con calles asfaltadas y es administrada por la ANAM. Ahora, es un escenario muy distinto al que conocí hace más de 10 años y es muy recomendable si te gustan las comodidades.



Camino hacia el primer mirador, antes era de tosca y piedra 
Pero hoy les escribo sobre otro lugar muy particular, porque está a 45 minutos de la agitada ciudad de Panamá. Era un sitio virgen, sin carreteras; comenzaba la década del 2000 y mis amigos, no tan aventureros como yo, les gustaba caminar hasta llegar a uno de sus miradores, que es mantenido por ANAM.  El lugar que les describo, se llama Chicá y está cerca del parque Campana en Capira, provincia de Panamá.

Pensé, que cuando llegase la carretera asfaltada y la civilización, se perdería la magia que inspiran las montañas, su altura, la vista, el cambio de clima, su aire puro, pero no.

Vista desde la cascada
La carretera que conduce al pueblo coadyuva a generar una forma de aprovechar el ambiente de manera sostenible.

Esto es a través de fincas agro-forestales, donde los lugareños nos muestran, que de manera auto sostenible, también se puede vivir.

Una cocina y baños con ducha y hamacas para descansar
Así, que después de convencer a mis amigos que acampar no es sinónimo de pasar trabajo, llegamos a la propiedad del señor Fidel Menchaca en Chicá.


Por 8 dólares (3 entrada a su finca, 5 por acampar), acampamos y descubrimos la bondad del paisaje que nos mostraba el lugar, no sin antes pasar y detenernos en los dos miradores, que el camino ahora asfaltado nos mostró.

Aguantando el viento. Si vas debes tener buenas carpas
Una verde vegetación y un viento fuerte de verano, puso a prueba mis carpas, pero lo mejor fue el senderismo, que culminó con una pequeña cascada, que está detrás de su finca.  El ejercicio que se hizo valió la pena en cada momento. 




Capturando el paisaje
Como esta finca, en el camino hacia Chicá te encuentras con hostales, unos más caros que otros y fincas cuyas personas ponen a disposición a los campistas, para que pasen el día. Con el clima fresco y de montaña se tiene bastante, solo debes tener tu carpa, algo de comida, amigos y animarte a pasar por este lugar.

Una de las ventajas de estos sitios, es que poseen baño y ducha, para aquellos que quieren un poco de comodidad, te venden comidas hechas, los tres golpes como dicen o si quieres, puedes llevar tu propia comida.

La comida en ese sitio tiene un precio de 2.50 a 3 dólares, aproximadamente, las personas son amables y también venden plantones para sembrar.

Por lo menos, estas ventajas las puedes encontrar en la propiedad que visitamos; además tanto el señor Menchaca como su esposa están anuentes a cualquier explicación, incluyendo el nombre de los diversos pueblos que surcan las montañas y cuyas luces iluminan el anochecer.


Pose del escalador
En cuanto al sendero, el descenso es escalonado, con áreas planas y otras como el de la foto en bajada, parte del camino está rodeado de una gran pared, para posar y jugar al escalador, después de esta se arriba al primer mirador donde se encuentra el primer chorro y catarata, que en verano posee poca agua, pero no deja de ser hermosa.

El sendero es limpiado con esmero y no posee ningún elemento que altere la condición del lugar, como cemento o metal.

Los aventureros
A la derecha, el grupo, valiente de campistas. La pasamos bien, sin queja, un viaje verano, de bajo presupuesto y muy natural, lejos de los hoteles todo incluido. Gracias chicos, por acompañarme hacer este viaje. En la foto detrás, está una de las cascadas del lugar, en invierno se escalan por deporte.






Después de convencer a la fotógrafa de que no se iba a caer y que debía esforzarse por tomar una buena foto, creo que valió la pena. En la cima de la última cascada.
La cascada vista desde abajo


El mirador de la Anam en Chicá, actualmente, llegan más personas a él. Está mejor conservado, ahora con la calle asfaltada, por lo menos esa es mi impresión, ya que no iba ahí desde el 2000.

La ANAM también posee, antes del pueblo, unas cabañas para acampar, cercanas a este mirador.
Camino que conduce hacia los chorros, detrás de la finca donde nos quedamos acampar, las bajadas están conservadas y limpias. 

Uno de los tres chorros que tiene la cima y alimentan la cascada
Luego de caminar por unos 10 o 15 minutos, llegas a este hermoso lugar, donde varios chorros te refrescan con agua fría  luego de la caminata.  Está conservado y limpio, solo naturaleza y lo mejor ¡te puedes sumergir!.

Para concluir, Chicá es un sitio ideal para acampar, con buenas vistas y de montaña, perfecto para pasar en grupo y descansar.  Un buen trip de bajo presupuesto.

Si deseas contactar al señor Menchaca este es su celular: 6661-3085.








martes, 26 de marzo de 2013

La experiencia de un carnaval por Panamá

Esta entrada la coloco en el blog un tanto tarde, porque estamos en cuaresma. No tengo excusas, sencillamente, escribir se ha vuelto una misión imposible entre el trabajo y un curso de literatura creativa en el que me he inscrito. No obstante, la necesidad de postear esta entrada es porque este año, por primera vez, la provincia de Los Santos, ubicada en el Pacífico panameño tendría su primer carnaval televisado, aunque la Meca para todo nacional y extranjero es ir por lo menos una vez a la ciudad de Las Tablas, donde cada calle gasta más de un millón de dólares.

Llevo séis años yendo a Los Santos a celebrar, una de las fiestas más importantes del panameño: los carnavales, pero por tres años no supe qué eran carnavales, por diversos motivos. Estaba en el extranjero en lugares donde, no se celebraba y tal era mi desesperación, que a pesar de las distancias, quería abordar el primer avión, para pasar mis cuatro días celebrando, comiendo y observando cómo cambia la provincia, pues soy de la ciudad de Panamá.

Una murga el día del topón.
Pocos conocen cómo es que celebra esta fiesta en Panamá. Gracias a google, youtube y tales yerbas aromáticas, pude explicar algunos de mis amigos en el extranjero cómo es que un panameño celebra esta fiesta. A pesar de que, obviamente, no se compara con Río de Janeiro u otras ciudades, Panamá como destino de carnaval, (no porque yo lo sea) es ineludible, por su originalidad, vistosidad y por lo divertido que puede ser. La verdadera esencia del panameño, la podrás observar en las provincias. Así que después de esta corta introducción, cómo le explicas a un extranjero, conceptos como: "murga", "grillo", "topón", "calle arriba", "calle abajo", "buñuelitos", "changa" entre otros. Vamos a ver si en este post lo puedo hacer.

El grillo en medio del parque
En los pueblos y provincias de Panamá, las calles compiten por brindar gala y diversión, por lo general, existe la Calle Arriba y Calle Abajo, cada una con su reina. Las reinas están en sus carros alegóricos, basados en alguna historia preconcebida; sin embargo, están conectados a un "grillo" o tractor que es conducido a través de la multitud. (Verdaderos conductores, demasiada paciencia) Detrás de la reina viene la "murga" que como concepto tal vez lo habrás escuchado en esa canción de Willie Colón y Héctor Lavoe "La murga de Panamá". Una murga, es un grupo de músicos montados en un camión con trompetas, timbales y otros instrumentos que tocan canciones, que en carnaval se diseñan para las reinas.

El carro se basa siempre en una historia
Hasta ahora la explicación, espero que les interese. Durante estos cuatro días; la comida, si eres de la capital, cambia, pues comerás, comida típica ahí vienen: los buñuelitos de maíz, la changa (tortilla de maíz asado) puerco, empanadas de carne, en realidad, muchas frituras. Si tomas en exceso, un buen sancocho te quitará la resaca. El sancocho es nuestra sopa típica. Contiene ñame, gallina de patio y orégano. Este plano por lo general se acompaña con arroz blanco. 
También en las mañanas por cuatro días una cisterna te roseará agua y desde ella te lanzarán souvenirs, si se puede decir, como la canción de Wilfredo Vargas "Agua", la pedirás con ganas.
La reina sobre uno de los carros


En las noches, por los pueblos, se hacen "tamboritos", es un grupo de personas con tambores e instrumentos típicos que acompañan a la reina por la plaza del pueblo. Las personas, que siempre están detrás del carro alegórico y de la reina se les dice "La tuna" son los seguidores y bailan al son de la murga.

La reina en medio del Topón
Siempre habrá fuegos artificiales; estos y la vistosidad de los carros, son elementos con los que las calles miden sus fuerzas, cada calle canta canciones en contra de la otra (a veces subidas de tono). La madrugada del martes del carnaval por en Los Santos y la mayoría de las provincias realizan el "Topón" es cuando las dos tunas se unen cantando y defendiendo su reina cómo se pueda. Este año, debo decir, que la calidad de los carros fue mucho mejor que años anteriores y sobre todo la noche fue más animada, motivo por el que este año no asistí a la aclamada ciudad de las Tablas.

Lastimosamente, no tengo una cámara que aguante el agua de todo un día y por eso mis fotos son de noche, pero espero que con este pantallazo te hayas contagiado y decidas como destino de carnaval a Panamá en el 2014.

lunes, 25 de marzo de 2013

Clubes de Viajes

Una amiga, desesperada para que fuera su conciencia, me invitó a lo que fue mi primera reunión de venta de paquetes turísticos que no deseas, pero que de todos modos te quieren vender.  La contactaron por teléfono, sin muchas explicaciones del negocio, así que se encontraba un tanto curiosa. Acepté su invitación por la rica cena, que nos darían y ver si trataba de ser una barrera contra la venta.

En la tarde y luego de cruzar una parte de la ciudad, llegamos al punto de encuentro, nos fuimos con dos amigos más, para alegría o mala suerte de la primera chica, quien agradable comenzó hacernos preguntas, cual psicóloga, para romper el hielo: "¿cuál es tu viaje de ensueño?, ¿te gusta viajar?, ¿cuántas veces te vas de vacaciones?", las preguntas las contestamos con facilidad, cuando llegó al salario, se concentró en mis tres compañeros. ¡ja, ja!   

Nos habló de la compañía, sin adentrar en muchos detalles, nos dijo que ofrece las mejores ofertas y nada concreto.  Llegó la cena y me perdí en la conversación, porque la chica no aterrizaba creo que mis amigos estaban igual que yo. Mientras comía, la chica mostraba una plataforma electrónica con hoteles a bajos precios. Sí, porque su negocio consistía en ofrecerte la mejor oferta, eso estaría por escrito. Todavía no me convencía y estaba segura que diríamos un "no gracias" los tres.

Al derretirse el hielo que inició nuestra reunión, arribó otra chica, un poco más madura y comenzó entonces lo que decimos en Panamá: la labia. La mujer, de acento venezolano, comenzó a vendernos la idea de ser parte de un grupo, un club. Un club de viajes, donde solo por ser parte de él tendrías a tu disposición los mejores precios en hoteles y apartamentos en tiempo compartido.

Dejé mi cena que estaba muy buena y me detuve a escuchar a la joven, que de buena manera y con más energía que la anterior, nos comenzó a explicar cómo es que funciona el negocio. Emergieron entonces, conceptos desconocidos para una mochilera como yo. ¿Apartamentos?, ¿tiempo compartido? y entonces la mujer nos explicó: "compramos semanas a los hoteles y a las personas con tiempo compartido y después las ofrecemos a nuestros socios a buenos precios". Una semana de siete días en Londres en un apartamento de 5 estrellas podía salir a B/. 160 balboas la habitación aproximadamente. El apartamento estaba cerca del National Gallery.  Sonaba bien, porque era por habitación y no por persona, se podía dividir el precio en varias personas. Habló de lo personalizado del servicio, que incluía transportes entre otras cosas, solo había que cancelar una membresía y no decía el precio, ahí era donde estaba el quid, nos mantuvo en vilo toda la noche.

Al final cuando no aguantábamos más, (creo que ahí está el marqueting), buscó al más intrigado de los tres: mi amiga quien acudió a la cita, era la más interesada.
En casa, la duda me asaltó y comencé a investigar más sobre este sistema. Los clubes de viajes, pueden presentarse de distintas formas: como un ahorro, para un viaje futuro por medio de cuotas establecidas o como el sistema que nos explicaron: pagas una cuota por hacerte socio de un grupo, el cual tiene privilegios para viajar por todo el mundo con ofertas garantizadas en el precio de la habitación. Esto a través de apartamentos o planes de tiempo compartido, pues estas empresas compran esos tiempos a los propietarios.

En cuanto a las vacaciones en tiempo compartido, estas se hacen a través de la firma de un contrato con personas que son propietarias, en algunos casos, de inmuebles para que tengas la oportunidad de ser propietario o usufructuario de ella por X tiempo en la propiedad. Estas propiedades están en lugares turísticos y el tiempo se comparte con diversas personas.
Por ejemplo, firmas un contrato donde podrás ir a un apartamento cerca del Hotel X que está en X país, solo por tiempo estipulado que puede ser 4 semanas al año o menos dependiendo del contrato. Lo complicado es que, en ocasiones, no puedes cuadrar tus vacaciones en el tiempo y se han dado casos de estafa, pues el contrato puede estar tan blindado que no puedes hacer disposiciones en él, como vender,  ceder tu tiempo o simplemente salirte de la contratación.
El tiempo compartido, puede convertirse en una verdadera prisión para los que lo adquieren. Por tal motivo, surgen estas compañías que compran estos "tiempos" y los ponen a disposición de terceras personas, que se convertirían en sus socios.

En conclusión, investiga, investiga mucho si vas a viajar empleando estas prácticas, puesto que si bien los clubes de viajes, como el descrito han tenido éxito en Europa (varias páginas web los describen) asimismo resaltan las estafas sobre la contratación de tiempos compartidos, donde con la misma estratagema que ahora narro, las personas contratan a través de un contrato de adhesión (no negociado) un tiempo compartido, costoso y casi imposible de emplear. Miles de dólares puede costarte una inscripción, sin apenas haber emprendido el viaje de tus sueños.
¿Cómo culminó nuestra reunión? No serví de conciencia, nuestra amiga firmó el contrato, la compañía no tiene problemas por el momento, ni tampoco ella ha utilizado el club. Habrá que esperar para sacar conclusiones.

jueves, 29 de noviembre de 2012

"Turistas en la mira" Mi experiencia con el "carterismo"

Hace dos días vi el nuevo programa de National Geografic llamado "Turistas en la mira" y rememoré el no tan grato recuerdo del hurto de mi cartera con cien dólares y más de doscientos euros en el metro de Madrid, casi apenas con un mes de estar en esa ciudad y en espera, para mi desgracia, de guardarlos en una cuenta de banco. Ya me habían advertido que en Madrid había robos a turistas, pero jamás pensé que yo sería una de ellas.
En el metro hay muchas distracciones. Metro de Madrid

Solo con ver el programa recuerdo con rabia, impotencia y un montón de sentimientos que se imaginarán, que en mis narices desapareciera mi cartera. No lo podía creer, no sentí nada.  Ese suceso, desbarató el ideal que tenía sobre Europa: "Europa es perfecta" y desarticuló uno de los prejuicios que cualquier latinoamericano, que no ha cruzado el charco habrá pensado: "Allá, no suceden esas cosas a menudo", lo cual no es cierto, es un continente como todos, con sus problemas y virtudes, con experiencias ya vividas, que no lo hace más ni menos que otros. Este hurto me llevó a la realidad y me enseñó que no todos somos iguales y que por su puesto, no se puede generalizar.  Después les diré por qué.
Madrid de noche, después de clases

Estar en una ciudad extranjera, sin efectivo, con las tarjetas de crédito bloqueadas, es lo peor que te puede pasar, gracias a Dios y a las personas que conocí no la pasé tan mal, pero la sensación no se la deseo a nadie.   Las primeras 48 horas me sentí la estúpida más grande del mundo. Repasé cada minuto en el metro, tratando de entender cómo fue que no sentí nada.
Aprendí, que en la mayoría de los países europeos a diferencia de Panamá, el "carterismo" es una actividad profesional por excelencia. ¡Wao, de verdad que son perfectos! y pequé por ingenuidad. No, porque los panameños seamos ingenuos, sino que estamos acostumbrados (por lo menos yo) a que una arma reluciera (ja...ja...ja), y más yo que trabajo en medio de una zona exclusiva y otra roja (solo las divide una calle) y nunca me había pasado nada, nunca me habían robado en mi vida; a pesar de que me encanta caminar por las inmediaciones de la peatonal y Avenida B.  De modo que prefiero el sistema de los carteristas, en este caso españoles, que el panameño.  Si me hurtaran de nuevo, ojalá tenga el privilegio que sea uno de ellos o un aprendíz.
Ahora bien, rescatando el documental que me pareció interesante. El protagonista estaba en Praga, una ciudad que tuve la oportunidad de conocer y que me pareció excepcional, una verdadera postal, sin embargo, este nos muestra lo fácil que un turista puede ser presa de los estafadores, carteristas y hasta redes de prostitución.
Una de las cosas que me pareció extraña del documental era lo sencillo que las personas que timaban al protagonista, se dejaban hacer la entrevista como si nada, mínimo: "Bueno te timé, y qué, así me gano la vida", aunque todo lo que vi en el documental, lo observé durante el año que estuve en aquel continente y que nosotros en América no estamos exentos, solo que pensé en aquel entonces, que no lo vería tanto. 
Estación de metro en Valencia, en plena fiesta de las Fallas, ni idea de dónde estábamos Caro y yo.

Tengo muchas anécdotas, la mayoría me sacan una sonrisa, ahora: desde personas mudas que te piden que cooperes con efectivo para su agrupación de mudos y que a la postre no son para nada mudas (París); personas que te quieren leer la mano con una "palmita" y le dices que no y te persiguen maldiciéndote y tratándote de robar (Barcelona, Granada); personas que se aprovechan de los turistas que entran en las iglesias, a fin de pedirte limosnas y ganan -creo que hasta un salario- con esa pedidera; personas que se hacen las técnicas del metro para enseñarte a usarlo como si el aparato, no te lo dijera en mil idiomas (Roma) y  hasta el super carterista, que con sus manos mágicas me desapareció mi cartera dentro de una mochila en el metro.
Después de ver el documental que me encantó, porque recordé con placer aquel viaje que realicé con mis amigos y comprobé que la mejor manera de movilizarte en Praga es con los tranvías y no con taxis, comencé a buscar información sobre seguridad en un viaje. Así, les doy mis recomendaciones, que unidas a mi experiencia les serán de una gran ayuda.
  1. Si vas en el metro, evita lugares aglomerados, si no te queda de otra pon tu bolso adelante, en tu pecho. Los bolsillos de tu bolsa ciérralos, si puedes hazle un nudito, en algunas bolsas se puede y si eres varón coloca tu cartera en el bolsillo de enfrente de tu pantalón.
  2. Si sabes a dónde te diriges en el metro, evita quedarte en la escalera eléctrica. El peatón que se queda quieto es presa fácil de los carteristas. Fui testigo cómo chequeaban el bolso de un compañero de viaje que estaba parado en la escalera.
  3. Antes de ir a una nueva ciudad, estudia cuáles sitios son de alto riesgo. Recuerda no estás en tu país. Evita las áreas rojas.
  4. Si estás en sitios abiertos, no seas ostentoso con equipos eléctricos, revisa a tu alrededor cuando tomes una foto, eres presa fácil y te pueden arrebatar la cámara o tu bolso.  No lleves objetos valiosos contigo.
  5. En algunas ciudades o en su mayoría se permite andar con una copia de pasaporte u otro documento de identificación. Deja tu pasaporte en un lugar seguro (yo hice esto y evité que mi mal fuera peor), anda con una copia apostillada o notariada del pasaporte con indicación de salidas y entradas. En Panamá, puedes andar con una copia notariada o apostillada (mucho mejor) de tu pasaporte, pero que la copia tenga la entrada y salida del país, esto es importante, sino pasarás una mala jugada.
  6. No dejes todo tu dinero en un solo sitio, si lo pierdes por lo menos tienes un respaldo. (Créeme funciona me ha pasado)
  7. Si te toca tomar un taxi, es preferible pedir taxi de "piquera" o de estación, avisa en el hotel o donde te quedas que lo tomarás (si estas en una ciudad no segura). En Argentina, te recomiendan por ejemplo, tomar como taxi los llamados "remisse".
  8. No desatiendas el equipaje. Nunca lo dejes solo. No aceptes el cuidado de equipaje de otras personas que no conoces, puedes pasar un mal rato.
  9. Llevar contigo la dirección del hotel y cómo llegar a él; además del teléfono de un contacto. (Una vez me perdí y no podía ni repetir el nombre del hostal, estaba en alemán, ja ja era un 31 de diciembre  a las 10 de la noche, una linda odisea)
  10. En algunas ciudades, como por ejemplo Barcelona, hay mapa de robos si eres un adicto a las redes sociales puedes buscar mapas de robos, el de Barcelona es  Twitter con el hashtag #maparobos
  11. Esta recomendación es para Marruecos, Marraquech. Si vas al Zoco, elige tú solo lo que deseas comprar, si te llega un guía este te puede dar mil vueltas para hacerte creer que te hizo de super guía y al final con lo que tú compres, él gana una comisión, sale más cara tu compra. Mi recomendación, si vas sin grupo turístico o solo es mejor tener una buena guía de viaje. Lonely Plantet son buenas.
  12. Por último y no menos importante, diviértete, a veces estar como Mr Maggo funciona, eso sí con seguridad.


Me encantó el metro de Londres, por lo menos esta sección
 Al final quieren saber cómo quedó mi historia con el carterista y por qué les digo que no se puede generalizar.  En mi cartera había un letrero que decía: "En caso de emergencia llamar a....". Un señor de Madrid, dueño de un kiosco de revistas en la Avenida Príncipe de Vergara encontró mi cartera y llamó a Panamá, a mi madre para arreglar una cita y entregarme mis documentos, no me importaba ya el dinero, sino mi cédula, mi licencia de conducir, mi cartera, ¡en fin!. Cuando le dije que le quería dar algo por su gesto de generosidad, me contestó: "No quiero que te lleves una mala impresión de mi país, ni de mi ciudad, ya bastante daño te han causado". Él borró todo concepto preconcebido y concebido que tenía de la ciudad y de las personas hasta entonces. Nadie creía la historia, ni yo misma. A ese señor, siempre le estaré agradecida.